Cualquier paisaje rural está compuesto por una serie de elementos visibles y se ve influenciado por una serie de factores invisibles tanto físicos como humanos que conjuntamente definen las características del paisaje.Los elementos constitutivos del paisaje son el espacio cultivado; espacio no cultivado; espacio habitado; y finalmente el espacio organizado. En cuanto a los factores que influyen en los paisajes rurales son de naturaleza física, como el relieve, el clima, los suelos o la hidrología; y humanas, como la demografía, la economía o la política. La conjunción de elementos y factores producen los diferentes tipos de paisajes rurales dispersos por el mundo, y de los que veremos una representación de su variedad.
Espacio cultivado: Está dividido en parcelas (espacio contiguo que constituye la unidad mínima de producción agraria) que se agrupan en explotaciones (unión de las diferentes parcelas que son cultivadas por un mismo agricultor o ganadero). Las características definidoras de este elemento son la morfología agraria (la forma, el tamaño, y los tipos de límite de la parcela); los diferentes cultivos o producciones ganaderas que se realizan en ella; los sistemas de explotación; y la propiedad y tenencia de la tierra.
Espacio no cultivado: Se diferencia entre el Saltus Permanente, que es aquel que no permite su aprovechamiento agrícola, tal como rocas, etc; y Saltus Temporal, que es aquel que aunque no está cultivado en este momento si hubiera podido estarlo en el pasado o ser cultivado en el futuro (zonas de matorral o pastos).Espacio habitado: la forma en la que se distribuye la población sobre el territorio. Una primera distinción nos señala la existencia de dos tipos principales de poblamiento según el lugar de residencia: hábitat urbano que es la población residente en las ciudades; y hábitat rural que es la residente en el resto del territorio. Entre ambas existen múltiples contrastes que las diferencian: económicos (sector laboral principal del que vive la población), sociológicas (modo diverso de composición y comportamiento social de la población), demográficas (número de habitantes, comportamientos demográficos, etc.), e inclusos formales (tipología de edificios, tamaño de los núcleos poblados, etc). Estadística mente se utiliza el número de habitantes para diferenciar entre poblamiento urbano y rural, así por ejemplo en España se considera ciudad aquellos lugares con más de 10000 habitantes; esta cifra varía dependiendo del país, Japón la fija en 25000 habitantes, mientras que algunos países escandinavos las han fijado en unos 200 habitantes.
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